10 Metas Financieras Que Deberías Haber Logrado A Tus 30 Años
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Si quieres eventualmente alcanzar la libertad financiera, la estabilidad económica, el control de tus finanzas y verdaderamente progresar a nivel de tus finanzas personales, debes alcanzar ciertas metas.
En este caso, quiero contarte cuáles son las 10 metas que deberías haber alcanzado a tus 30 años.
Meta #1: Contar Con Un Capital De Inversión
A tus treinta años ya deberías tener algo de dinero, no importa si es poquito (si son $100 dólares, si son $500 dólares, si son $1000 dólares), para empezar a invertir.
Ya deberías tener tu mente en modo inversión, entender cómo funciona, qué dinero se invierte, antes o después de impuestos, cuáles son los vehículos de inversión adecuados según tu país (según las finanzas de tu país; porque si estamos en Argentina va a ser diferente a si estamos en Colombia, si estamos en México o si estamos en Estados Unidos).
Entonces, se hace fundamental que tú mismo desarrolles criterio, analices cuál es tu perfil (moderado, conservador o arriesgado), entiendas realmente cuáles son aquellos mecanismos que te pueden permitir conseguir tus objetivos y, de acuerdo a tu nivel de ingresos y a tu nivel de gastos, obtengas una proporción que se ajuste idealmente a ti.
Sea como sea, ya deberías estar empezando a invertir, o deberías tener tus primeras inversiones, si tienes 30 años.
Meta #2: Tener Las Bases De La Independencia Financiera
Las bases de la independencia financiera implica no tener todos los huevos en la misma canasta, no depender únicamente de los ingresos que te brinda un solo negocio o un solo producto que tenga tu negocio, o un solo empleo y el salario que ello implica; sino que tengas múltiples fuentes de ingreso.
No vamos a decir que a tus 30 años debes tener 7 fuentes de ingreso diferentes, todas produciéndote X cantidad de dinero, no; pero al menos las bases.
Es decir, entender cómo podrías lograrlo, cuáles podrían ser las diferentes fuentes de ingreso que tú podrías crear.
Yo he tratado algunos temas sobre cómo crear fuentes de ingresos pasivos, incluso, que te pueden servir para empezar a pensar en ello (en caso de que no lo tengas resuelto).
Definitivamente, entre los 20 y los 30 años es una etapa de consolidación en la que voy definiendo qué es lo que quiero hacer con mi vida a nivel financiero, a nivel profesional.
A los 30 años, el tema de las múltiples fuentes de ingreso lo debería tener al menos perfectamente claro, para empezar a trabajar en él fuertemente y hacerlo una realidad de aquí a los 40 años.
Meta #3: Tener Total Control Sobre Tus Deudas
No vamos a decir que vas a estar libre de deudas en su totalidad (probablemente muchas personas lo estén, otros quizás no tanto); pero, de todas maneras vamos a hablar de tener el control.
Tener el control significa saber exactamente cuándo voy a pagarlas.
Es decir, tener claro por ejemplo: «En marzo de este año voy a terminar de pagar mis deudas», o «En abril del año siguiente voy a terminar de pagar mis deudas”.
Saber cuánto tengo que aportar mensualmente, cuánto son los pagos mínimos, cuánto son las tasas de interés, cómo hacer la estrategia más eficiente para pagarla (de hecho, también he hablado sobre el tema).
Definitivamente, plantearse el objetivo de acabar con esas deudas lo más pronto posible.
Si no tienes deudas y si hasta ahora tienes la fortuna de no haberte endeudado o no haber estado sobre tu capacidad de endeudamiento, definitivamente tratar de comprometerte con nunca endeudarte innecesariamente, sino únicamente cuando tenga sentido financiero y cuando aquel dinero que vayas a pedir prestado realmente pueda generar mayor rendimiento que el que te va a costar en temas de intereses.
Meta #4: Personalidad Financiera
Haber definido muy bien tu personalidad financiera, aquella personalidad y aquel carácter financiero que te va a ayudar a tomar decisiones, a saber cuándo decir «sí» y cuándo decir «no», a identificar oportunidades y aprovechar oportunidades financieras.
Pero también a rechazar aquellas cosas que parecen oportunidades y que realmente pueden ser estafas, pérdidas de tiempo o simplemente cosas que no se alinean contigo (puede que sea algo bueno para otras personas, pero no para ti).
Sea como sea, no es dejarte llevar de tus amigos, de tus familiares, respecto a qué decisión deberías tomar; es que tú tengas tu propio criterio y tu marco de realidad sobre el cual desarrolles tus finanzas a tu manera.
Meta #5: Haber Saldado La Deuda Estudiantil
Esto es en caso de que aplique para ti.
Uno de los principales problemas de la mayoría de las personas que se gradúa de una buena carrera profesional es que cargan consigo una deuda grandísima (sobre todo aquellos que estudian, por ejemplo, medicina: tienen una deuda que les dura años, y a veces más de una década).
Por lo tanto, en este punto, a tus 30 años ya deberías haber pagado esa deuda por completo; si no, ya deberías estar en camino de haberla saldado en su totalidad en los próximos pocos años.
En realidad, haberse endeudado para estudiar en una carrera profesional y obtener un título muchas veces no tiene sentido como inversión financiera, ya que los intereses son muy costosos y los retornos de poder salir a trabajar puede que incluso no compensen el gasto.
De hecho, se sabe que un médico que se gradúe, por ejemplo en los Estados Unidos, con deuda estudiantil, aproximadamente entre los 35 y 40 años va a terminar de pagar sus deudas, simplemente porque también son personas que de pronto no planean financieramente muy bien cómo saldarla lo más rápido posible, para lo cual hay estrategias.
Si comparamos eso con una persona que estudie otra carrera para la cual no tenga que endeudarse y después cuando consiga un empleo gane menos dinero que el médico, esa persona incluso podrá tener un mayor potencial de apalancamiento del dinero que le queda, ahorrando e invirtiendo; mientras que el médico estará pagando deudas y deudas, intereses e intereses.
Si tú por el contrario (por ejemplo, debido a tus buenas calificaciones) no tuviste que pagar la matrícula, o tuviste beneficios, descuentos o simplemente si has sido juicioso, financieramente esa deuda se deja de convertir en un problema y tú pasas a tener el control total sobre tu dinero mensualmente.
Ni hablar que hoy en día no es tan necesario como antes un título profesional para conseguir un trabajo o crear un negocio basado en un conocimiento que muchas veces ni siquiera las universidades enseñan.
Estudiar ingeniería en sistemas hoy ni siquiera te enseña lo necesario y lo básico para empezar a hacer aplicaciones móviles y muchas otras cosas (si acaso a la superficie, pero nada que tenga que ver con lo práctico).
Así que, también es importante (en caso de que quieras empezar a estudiar) entender que realmente endeudarte para hacerlo puede que no valga la pena.
Meta #6: Tener Tu Fondo De Emergencia Ya Ahorrado
¿Qué significa esto? Que tienes seis meses de gastos básicos cubiertos en un fondo que tienes ahorrado en alguna cuenta bancaria, en alguna cosa disponible líquidamente, de inmediato (preferiblemente no en efectivo, por el tema de la depreciación).
Así, si en cualquier momento ocurre algo, algo que realmente no tenías planeado (una emergencia), allí tienes dinero para que no necesites endeudarte ni con tarjetas de crédito, ni con préstamos, ni con familiares: para que sencillamente puedas cubrir esos gastos imprevistos.
No se trata de lujos imprevistos o gustos imprevistos, sino emergencias verdaderamente.
Si realmente a tus 30 años ya tienes ese fondo de emergencia ahorrado, es porque probablemente ya tienes también el hábito del ahorro.
Si tienes el hábito del ahorro, es porque probablemente también sabes cómo estructurar tus gastos de manera que puedas mensualmente dedicar algo de tu dinero a disfrutar y aun así ahorrar.
Muchas personas dicen que no ahorran mensualmente y que no tienen su fondo de emergencia porque ahorrar les impide disfrutar el dinero en el corto plazo, y que si mañana se mueren ese dinero se va a perder.
Meta #7: Plan De Retiro
Ya deberías tener perfectamente claro tu plan de retiro (es decir, tu pensión o tu jubilación), aún a pesar de tener 30 años y probablemente a pesar de faltar otros 30 años para pensionarte.
Muchas personas simplemente piensan que falta tanto tiempo que no vale la pena empezar a pensar en eso…
Pero, debido al poder del interés compuesto, mientras más rápido empieces, más rápido puede crecer tu dinero y más rico puedes ser cuando estés viejo.
El problema es que la gran mayoría de la gente no le presta atención a estas cosas cuando está joven y cuando está a tiempo.
El caso es que, a tus 30 años ya deberías tener un plan y saber qué significa eso en el largo plazo, qué significa en el mediano plazo y qué significa hoy, este mes, el siguiente mes, cuántos son tus aportes, cuánto dinero vas a sacar de tu mensualidad para efectivamente contribuir a tu futuro y a tu bienestar financiero.
Meta #8: No Tener Deudas De Tarjetas De Crédito Ni En Lo Más Mínimo
Personalmente, yo nunca he tenido deuda de tarjeta de crédito debido a que las tasas de interés son las más altas, y realmente cuando uno tiene deuda de tarjeta de crédito anula prácticamente todos los beneficios.
A partir de tus 30 años sí deberías usar las tarjetas de crédito, como lo recomiendo en mi estrategia, para aprovecharlas con todo lo que ello implica, con todos sus beneficios; pero siempre pagarlas en su totalidad cada mes, de manera que obtengamos puntos o millas y realmente podamos sacar “cashback”, por ejemplo.
Todos los beneficios que ellas ofrecen sin tener ningún costo adicional, y buscar bancos que ofrezcan tarjetas que no cobren anualidades, cuotas de manejo, seguros o cualquier otro costo adicional que también anule esos beneficios.
Sea como sea, deberías entender cuál es el juego de las tarjetas de crédito, eso te puede permitir realmente otros beneficios, como por ejemplo haber alcanzado un excelente puntaje crediticio y tener un excelente historial crediticio, habiendo manejado diversos productos, habiendo manejado las tarjetas de crédito (sea con deuda o no, pero ya habiéndolas tenido saldadas por completo).
Meta #9: Tener Un Excelente Historial Crediticio
Realmente, el tener ese historial crediticio te va a permitir (si tienes en tus planes), por ejemplo, comprar una casa o comprar un vehículo a crédito y ahorrar muchísimo dinero, porque por lo general a aquellas personas que tienen mejor puntaje, mejor experiencia, mejor calificación, las entidades financieras le cobran menores tasas de interés porque se consideran que tienen un menor riesgo.
Realmente, si vas a endeudarte en el futuro para una casa, para un vehículo, trata de amasar la mayor cantidad de dinero posible para prácticamente poner una suculenta cuota inicial que, además de reducir el riesgo ante los bancos, reduzca las cuotas mensuales y reduzca también los intereses.
Meta #10: Buenos Hábitos Financieros
Finalmente, una meta que deberías haber logrado a tus 30 años es tener un conjunto de bueno hábitos financieros.
Uno de ellos, por ejemplo, es realizar un seguimiento de todos tus ingresos y de todos tus gastos por categoría, y entender mensualmente cómo funcionas, cuáles son tus decisiones (las buenas, las no tan buenas y las malas) y realmente cómo es el manejo de tu presupuesto mensualmente.
Eso también te permite proyectarte y saber cuánto dinero puedes gastar máximo en un mes sin verte en problemas y cuánto tienes, por ejemplo, para ahorrar e invertir.
Así mismo, conocer exactamente cuáles han sido tus porcentajes de ahorro e inversión mensualmente, históricos; también tener programado el pago de tus facturas, automatizando tus finanzas, de manera que nunca sea que tengas que pagar por reconexión o un pago de intereses por mora, por haberte pasado con tus tarjetas de crédito o cualquier otro costo adicional que simplemente se derive de descuidarte de aquellas obligaciones que de todas maneras adquiriste para cada mes, y de todas maneras tienes que pagar (como por ejemplo los servicios públicos, el internet o cualquier otra cosa).
Éstas y muchas otras metas ya deberías haberlas logrado para tus 30 años.
Sin embargo, si no las has logrado todas, o si has logrado apenas algunas, no te sientas mal.
En todo momento podemos mejorar, podemos darnos cuenta y abrir los ojos ante una realidad, que es: si yo realmente me establezco objetivos financieros y empiezo a mejorar esas estrategias que utilizo todos los meses, mi vida financiera se puede empezar a transformar, al punto de que yo, tomando buenas decisiones (que parecen pequeñas e insignificantes hoy) puedo mejorar mi vida de una manera significativa.