3 Formas De Pensar Que Te Mantienen Pobre
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Nuestra mentalidad determina muchas cosas en la vida, entre ellas los resultados y las circunstancias que tenemos que vivir.
De alguna u otra manera, es lo que marca nuestro destino.
La mentalidad la adquirimos a través del tiempo, de relacionarnos con amigos, familiares, profesores.
Y de alguna u otra manera, no siempre tenemos una guía respecto a cuál es la mejor forma de pensar.
Cómo podemos asegurarnos de que las cosas que están entrando a nuestra mente y quedando grabadas en nuestro subconsciente, realmente sean beneficiosas para nosotros.
Que sean líneas de pensamiento que nos ayuden, por ejemplo en el aspecto financiero que es el tema de hoy.
En este artículo quiero mostrarte 3 tipos de mentalidades que realmente mantienen a muchas personas en la pobreza.
Si por alguna razón estas formas de pensamiento yacen dentro de ti, esta es tu posibilidad de conocer por qué te han afectado y cómo puedes cambiarlas.
Mentalidad #1
La primera mentalidad que mantiene a muchas personas en la pobreza, es sentir que merecen ciertos resultados.
Ojo, aquí es muy importante tener lo siguiente en cuenta.
No significa que si yo trabajo, me esfuerzo, hago lo necesario, estoy realmente tomando las acciones requeridas para lograr el éxito, no lo merezca.
Me refiero a gente que cree que simplemente merece un buen empleo «porque si».
Que el gobierno debería darles ciertas garantías «porque si».
O que se merecen que les caigan buenas cosas del cielo por ser simplemente «buenas personas».
Ellos piensan que sencillamente lo merecen porque, o son especiales, o se sienten con ese título de alguna u otra manera.
Y la verdad es que sin importar tu nivel de estudio, tus títulos universitarios, la experiencia que lleves en una industria, todo siempre va a depender de ti.
Tus resultados financieros son solamente tu obligación.
Dependen de tus decisiones, de tus acciones, de lo que hagas, de lo que dejes de hacer, porque nadie te debe nada.
Sencillamente eres tú el responsable de tu vida.
Lo que termina desencadenándose de este sentimiento de que yo merezco mejores condiciones, es la falta de gratitud.
Piénsalo de la siguiente manera…
Si tenemos un plato de comida en la mesa, no estamos pensando que es una bendición, que debemos agradecerlo, que es algo realmente valioso para nosotros.
Pensamos más bien que ese plato «tiene que estar ahí», simplemente me merezco esta comida, es que yo esta comida la tengo que tener y listo.
Por lo tanto, hay que aprender a diferenciar cuándo nos merecemos algo por nuestro esfuerzo, por haber tomado las acciones necesarias para producir esos resultados.
Y cuándo estamos queriendo merecernos las cosas sin habérnoslas ganado.
Porque la verdad es que la vida nos recompensa cuando tenemos justos merecimientos…
Pero cuando creemos que merecemos todo sin haber tomado las acciones y sin base en el esfuerzo, simplemente vamos a quedarnos estancados.
Y peor aún, vamos a estar hablando mal de otras personas, de la sociedad, del gobierno, y de cantidades de entes que creemos que nos deben algo, cuando no es así.
Mentalidad #2
La segunda mentalidad que mantiene a muchas personas en la pobreza, va muy de la mano con la primera.
Se trata de la gente que siente que la sociedad que lo rodea es injusta con ellos.
Sienten que el gobierno no les da garantías, que sus jefes no les pagan lo suficiente, que sus padres deberían seguir velando por ellos, etc.
El tema de las injusticias es en un tema delicado.
No quiero que pienses que soy ignorante ante las verdaderas injusticias que se cometen allá afuera.
Y no creas que estoy diciendo que la sociedad es perfecta, ni mucho menos.
La verdad es que estamos en una sociedad imperfecta, compuesta por seres humanos imperfectos como tú y como yo, que cometemos errores y tomamos malas decisiones en todo momento.
Pero eso no significa, y aquí es donde viene lo importante, que la sociedad esté siendo injusta con nosotros, o el empleo, o nuestro país, o las oportunidades, o nuestro jefe, o lo que sea, esté siendo injusto con nosotros.
¿Por qué? Porque mientras una persona puede considerar que hay injusticia y por eso no está logrando los resultados que quiere en la vida, otra persona los está logrando.
Otra persona está siendo rica, alguien más está creando prosperidad en su vida, tomando buenas decisiones, creando su propio negocio.
Mientras alguien se queja de que no hay empleo, otros están creando y dando empleos.
Entonces, hay que tener también clara la línea que divide el tema real de las injusticias y de lo que ocurre a nivel social… De cuando eso realmente me afecta a mí.
¿Cuántas personas por pensar que no hay empleo, no lo buscan en principio?
Y por no buscar empleo, no consiguen empleo.
Y eso refuerza su mentalidad de que no hay empleo, que la «situación está muy difícil».
O simplemente que porque no hay oportunidades, no crean un negocio nuevo, no investigan, no se dedican todos los días a leer un libro sobre finanzas personales, a conocer diferentes oportunidades para generar ingresos.
A la mayoría de las personas se les pregunta cuántas formas de ganar dinero conocen, y si acaso puede decir 5 o 10, cuando existen miles de maneras de ganar dinero.
Pero por pensar que el mundo es injusto con ellos, no se abren a la posibilidad de aprender, de adquirir nuevos conocimientos y de desarrollar nuevas habilidades y capacidades.
Mentalidad #3
Finalmente la tercera mentalidad es el odio hacia las personas que ya están logrando resultados.
El odio o resentimiento hacia quienes que ya son ricos, ya son exitosos y prósperos.
Está bien aceptar que muchas personas se han hecho ricas por medios ilegales, robando, aprovechándose de los menos educados, de la política, etc.
Esa es gente que ha pasado por encima de otros para conseguir ese supuesto «éxito».
Y es obvio que cuando analizamos a esas personas, no vamos a sentir ninguna admiración, ni nada bueno por ellos.
Pero el error está, y nuevamente la línea divisoria está en saber identificar cuando una persona logró el éxito por mérito propio, o cuando alguien robó para lograrlo, o es narcotraficante.
¿Cuántas personas ven a alguien con mucho dinero, y dicen «ese es un narco»?
No creen que existe otra posibilidad…
Existen muchas posibilidades, y no sólo para los gringos, no sólo para las personas de otros países.
Para los latinos también, para los mexicanos, para los colombianos.
Pero esta cultura nos ha condicionado a creer que la riqueza sólo se alcanza por los medios de la maldad.
Y por lo tanto, hemos desarrollado ese odio hacia esas personas.
¿Y qué crees que causa el odio hacia todo el mundo que tiene dinero, éxito, prosperidad financiera, abundancia?
Así no sea por medios buenos, simplemente odio hacia la cantidad abundante de dinero.
Pues va a causar que nosotros rechacemos la abundancia, que nos limitemos y no queramos estar en una posición de solvencia porque vamos a relacionarlo con todos los demás aspectos negativos.
Aquí la clave es darse cuenta que sencillamente el éxito, la abundancia y la prosperidad financiera, se pueden lograr por buenos caminos, se pueden utilizar como medio para ayudar a los demás.
Pueden ser un apalancamiento para ser más generoso, para contribuir con la sociedad, para dar empleo, para educar a las personas, para ayudar a que otras personas salgan de la pobreza.
Pregúntate qué cosas buenas trae la miseria, la pobreza… Por lo general no trae nada bueno.
Y debes saber que una persona puede tener mucho dinero y aún así ser humilde.
Porque la humildad no tiene nada que ver con la falta de dinero en los bolsillos, con la incapacidad adquisitiva, la incapacidad para resolver mi situación y la situación de las personas que tengo a cargo.
Eso no tiene nada qué ver con ser humilde.
Si empiezas a tener en cuenta estas cosas, si te tomas un tiempo para pensarlas, vas a poder entrar un poco más en armonía con la abundancia y a empezar a tomar ideas y decisiones que te lleven al éxito total.