5 Simples Hábitos De Los Ahorradores Exitosos
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Hábito #1: No Gastar Monedas
O aplicar cualquier cantidad de posibles trucos que te permitan volver mecánico un ahorro sin que te des cuenta.
Eso de no gastar monedas es simplemente que tú vas y compras algo con dinero en efectivo y te devuelven monedas… Luego, no es que esas monedas las utilizas para comprar más cosas.
Simplemente cuando vuelvas a tu casa, las guardas en una alcancía, en un marranito, en una caja, en donde sea; y cuando llegue un tiempo prudente, cuando acumules una cantidad suficiente, o cada 3 meses, o cada mes, o cada que quieras dependiendo del manejo, las depositas en tu cuenta.
Puedes ir al banco, puedes hacer lo que quieras; o incluso ahora hay máquinas que te reciben esas monedas para ingresarlas en tu cuenta.
El caso es que este es simplemente un ejemplo de cómo puedo yo empezar a manejar mis finanzas, de manera que sin ni siquiera esforzarme, empiece a ahorrar.
¿Por qué? Porque yo con el no gastar monedas, hago de cuenta que si por ejemplo algo me cuesta $10.50 dólares, pago $11 dólares, me devuelven $50 centavos y esos $50 centavos los guardo.
Es como si me hubiera costado $11 dólares, de repente todo se vuelve «un poquito más caro», y al final del mes simplemente tengo «un ingreso extra» que lo guardo para ahorrar.
Hábito #2: Separa Siempre Un Porcentaje De Los Ingresos Para Ahorrar
Esto va independientemente del objetivo.
Sea que el objetivo sea para unas vacaciones, o para inversión incluso, o para gastos que más adelante se van a tener, o para el colegio de los niños, para el arriendo, para cualquier cosa. No importa.
Llegan $100 dólares, o $100.000 pesos, o cualquier cosa; sacas el 5%, el 1%, el 2%… No importa el valor, tú defines de acuerdo a tus finanzas, de acuerdo a tus posibilidades.
Si nunca has hecho esto, si nunca has empezado, empieza por una cifra con la que te sientas cómodo que quizás no sea muy grande porque de pronto se te dificulte.
Pero que cuando recibas dinero, hagas de cuenta que estás ganando menos. Esto es muy similar a lo anterior, solo que ya engloba todos tus ingresos y todo tu dinero.
Y te va a tocar vivir con menos, y te va a tocar reducir tus posibilidades, y te va a tocar ser más frugal… Pero va a ser posible.
Y en el momento en que lo empieces a hacer, te vas a dar cuenta que es un hábito posible, simple, eficaz y que empieza a mover tus finanzas de una manera increíble.
En el momento en que tomas ese control y tienes ese ahorro y ese potencial, a partir de ahí casi que cualquier cosa es posible.
Por si acaso, a esto es a lo que le llaman «Páguese a usted primero«. Simplemente es que al momento de recibir dinero, te tomas a ti mismo como prioridad; y a partir de ahí, el restante es el que distribuyes para lo demás.
Hábito #3: Plantearse Metas De Ahorro y Hacerles Seguimiento
Si yo digo «para el 13 de septiembre quiero ahorrar esta cantidad, quiero ahorrar $1.000 dólares«…
Me quedan tantos meses, tantos días (si fuera el caso), o tantas semanas; tengo que hacer tanto por mes, ahorrar tanto por mes para lograrlo; y a los dos o tres meses voy viendo cómo voy, o a los días, dependiendo del plazo que yo me establezca.
Y voy haciendo el seguimiento.
La gente que tiene metas específicas, que son un poco retadoras pero que tienen una fecha y que tienen una cifra, es más probable que las logren o que como mínimo se acerquen a ellas.
Y si en algún momento no logras esa meta, pero igual te esforzaste y avanzaste algo en ella… No tienes porqué sentirte mal. Simplemente te felicitas por tus esfuerzos y tus logros, y luego recalibras un poco mejor las metas, o sabes que debes esforzarte un poco más para lograr el próximo objetivo.
Hábito #4: Controlar Las Compras Impulsivas Y Las Emociones
Porque las emociones son las que nos hacen tomar malas decisiones financieras, gastar de más, comprar cuando no debemos comprar, vender cuando no debemos vender, invertir mal, soñar que hay una oportunidad de triplicar nuestro dinero sin esfuerzo, y muchas otras cosas.
El ahorrador exitoso se libera de su mente emocional y sabe identificar cuándo las emociones están a punto de empujarlo a una mala decisión.
No es que no las tengan, no es que las repriman, no es que las eliminen… Es que las controlan.
Hábito #5: Presupuestar Quemando Barcos
Hasta habituarse a manejar el dinero responsablemente y de manera correcta.
¿A qué me refiero con «quemar barcos«? A esa estrategia de la guerra en la que simplemente llegaban en barco todos los guerreros a atacar un lugar, y podían devolverse en el barco en forma de retirarse o rendirse, decir «no, está muy complicado el asunto, nos vamos«…
O podían decir «quememos los barcos y la única opción es vencer o morir«.
Obviamente esto es súper extremo, y a nivel de finanzas lo que haríamos es algo así como «voy a separar el dinero que me llega en diferentes sobres; y entonces yo ya sé que esto va para el arriendo, esto va a para los servicios, esto va para los gustos, esto va para tal cosa«…
Y cuando se me acabó el presupuesto para gustos, no me doy ni medio gusto partido a la mitad. CERO.
Simplemente ya no hay más. No hay más salidas, no hay más bebidas, ya no hay más café, ya no hay más trago, ya no hay más nada.
Porque quemé los barcos, no tengo cómo devolverme a decir «ah no, este mes voy a gastar de aquí, voy a sacar de la tarjeta, voy a hacer un avance, a pedir prestado«… No, no hay nada.
Ya presupuestaste quemando barcos, y te vuelves juicioso hasta que por fin seas responsable y te habitúes a hacerlo sin tener que llevar a cabo esas cosas.
Hay personas que para ahorrar, le pasan el dinero a otra persona y le dicen «no me lo devuelvas hasta que complete tanto«, o algo así.
Porque saben que si ahorran y tienen la plata ahí mismo en la casa, o ahí mismo en la cuenta, se la gastan.
Entonces, quemar esos barcos y eliminar toda posibilidad de retractarse, facilita el que yo adquiera el hábito hasta que sea suficientemente juicioso como para no necesitar esa estrategia.
En últimas, la clave está en cómo yo autorregulo mi conducta financiera, qué tan consciente soy de qué estoy haciendo con el dinero que llegue a mis manos.
No que yo diga «uff, se me fue de las manos y no supe ni en qué«, «es que Enero fue un mes en el que gasté tanto pero no me doy cuenta en qué«, «Diciembre fue un mes en el que gasté más que en todo el año, y no me di ni cuenta en qué categorías«…
No. Empezar a ser conscientes, empezar a tomar el control y empezar a enfrentar un poco esas realidades que a veces se nos dificultan enfrentar.
«Uy, el año pasado gasté demasiado en esto, y no debí hacerlo«, bueno, es mejor ser consciente, es mejor sentirse un poquito mal por haber sido un poco malgastador en ese aspecto; pero decir «ya no importa, yo cometí este error, lo asumo, lo admito«.
Y más bien es preguntarse «¿Ahora qué puedo hacer para mejorar ese aspecto, cómo puedo corregirlo, cómo puedo hacer para gastar menos ahí, será que puedo reemplazarlo por otra cosa, optimizar un poco ese gasto?«.
Alguna estrategia, todo empieza por esa conciencia.
Después de esa conciencia, cómo puedo yo establecer ciertos patrones, rutinas, hábitos, comportamientos y cosas constantes que a través de ellas sea que yo mecanice y facilite, optimice y automatice las cosas de manera que pueda obtener los resultados que yo deseo.
Todo depende de qué tan motivante sea para ti tener una mejores finanzas, de qué tan motivante para ti sea estar mejor financieramente dentro de un año que hoy, y dentro de 2 años que dentro de 1 año.
Y cada vez ir creciendo más, y cada vez ir siendo consciente de que estás progresando con tus objetivos, logrando resultados y creciendo financieramente hacia una vida más abundante y de éxito.