7 Decisiones Financieras De Las Que No Deberías Avergonzarte
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La verdad es que en nuestro camino al crecimiento personal, crecimiento profesional y financiero, muchas personas nos van a decir cosas. Nuestros amigos o familiares nos van a criticar, se van a sentir decepcionados y nos van a decir que no deberíamos hacer ciertas cosas o tomar ciertas decisiones.
Prácticamente nos van a hacer sentir vergüenza por alguna de las decisiones que tomamos.
Sin embargo, muchas de esas decisiones en la realidad pueden ser buenas decisiones cuando se analizan a largo plazo y desde el punto de vista netamente matemático y financiero.
Por eso, hay que desligarse mucho de ciertos pre-conceptos que la gente tiene y que la sociedad te trata de implantar, especialmente mediante la publicidad y muchas otras cosas que no contribuyen en nada con tu abundancia y con poder conseguir tus objetivos financieros de corto, mediano y largo plazo.
Así que vamos a ver algunas de estas decisiones, que probablemente algunas personas te van a decir que están mal, pero de las que no deberías avergonzarte si eventualmente las tomas.
Decisión #1: Vivir Con Tus Padres O Con Algún Familiar
O compartir una casa con compañeros de estudio, si estás en la universidad.
En Colombia o en muchos países latinos, las personas son muy familiares; y en realidad un adulto tiende a vivir con sus padres o con sus familiares, hasta una edad verdaderamente avanzada (unos 30 o 35 años).
Claramente muchas personas ven esto mal y critican a las personas que lo hacen.
Pero es una de las formas más fáciles de ahorrar mucho dinero, mientras se construye una solidez financiera, una solvencia y se prueban diferentes trabajos.
Mientras se amortiguan un poco los altibajos de empezar a estructurar mi vida financiera, mis conocimientos, de manera que yo mismo pueda encargarme de mí o incluso mientras yo estoy ganando dinero y puedo compartir o contribuir con ciertos gastos de la casa, y me queda más para poder ahorrar e ir construyendo mi patrimonio.
Por supuesto esto es algo que debería ser temporal, eventualmente deberíamos buscar cierta independencia, formar una familia o empezar a vivir la vida a nuestra manera…
Pero definitivamente, no es algo de lo cual deberíamos avergonzarnos, específicamente si estamos allí contribuyendo con la casa, no de atenidos a nuestros familiares.
Decisión #2: No Tener Un Título Universitario
Pareciera que las universidades tuvieran el mejor golpe de suerte en cuanto a publicidad.
La gente cree que tener un título universitario es “Ser alguien en la vida”, y que cuando no tienes uno, pues no eres nadie en la vida.
Nadie va a poder contratarte, no vas a poder generar ingresos, no vas a poder generar dinero, vas a ser un fracasado.
Te cuento una cosa, por si no lo sabes: Yo no tengo un título universitario.
Estudié ingeniería de sistema los diez semestres, no me gradué por cuestiones de que tenía una empresa ya funcionando y quise dedicarme a ella, y el título realmente no me importaba mucho; lo importante para mí, fueron los conocimientos.
Pregúntame cuántas veces me ha hecho falta ese título… Ninguna.
Ahora pregúntame de las personas con las cuales me he asociado, los proyectos que he llevado a cabo, cuántos de ellos me han preguntado cuál es mi título o me han pedido mi tarjeta profesional.
Sé que esto es diferente para un empleo, para algunos casos específicos, en muchas empresas lo exigen para trabajar en ellos. Sin embargo, que yo te diga que es absolutamente necesario, no lo es.
Especialmente cuando uno es emprendedor e inicia su propio camino hacia la libertad financiera.
Así que, más allá de no tener vergüenza por no tener un título profesional, es saber que muchas veces es más caro de lo necesario y que yo puedo adquirir muchos conocimientos empíricamente.
Decisión #3: Aceptar Ayuda De Otras Personas
Mucha gente siente que aceptar ayuda de otras personas; incluso no sólo en el tema financiero, en el tema emocional, es falta de uno mismo poder encargarse de su propia vida.
El no saber cocinar, por ejemplo, para muchas mujeres es cuestión de vergüenza ante las demás amigas y que no quisieran que se nadie se de cuenta.
Para los hombres, por ejemplo, puede ser justamente vivir con sus padres, lo que los avergüence y quieran ocultar.
Pero recibir ayuda, es saber que quizás no en todo momento tenemos la capacidad de solventar nuestros problemas, y que de alguna manera es mejor tomar esa ayuda ahora, para luego estar en mejor posición incluso de ayudar a otros.
Decisión #4: Haber Adquirido Deudas Innecesarias
La realidad es que nunca nos enseñaron en el colegio o en la universidad cómo manejar el dinero, cuándo deberíamos adquirir una deuda, cuándo no, qué cosas se deberían comprar a crédito, cuándo tiene sentido pagar intereses o pagar en cuotas algo para lo que no sé si voy a recibir el dinero o no.
Por lo tanto, no es una sorpresa que muchas personas hoy estén endeudadas por compras innecesarios o injustificadas, y en ese punto es donde muchas personas se lastiman a sí mismas, se sienten mal, no están en armonía con su pasado y sienten que esos errores los tienen estancados.
Y resulta que esos errores no son los que los tienen estancados, es el quedarse en el pasado lo que no les permite ver hacia el futuro, proyectarse y tomar nuevas decisiones que les permitan resolver esos problemas y seguir progresando.
Porque así como yo puedo adquirir una deuda, también puedo adquirir un nuevo ingreso, pagarla y continuar hacia delante.
Decisión #5: Sucumbir Ante Una Compra Compulsiva
Yo creo que todos hemos caído en el error de comprar compulsivamente, sin pensar racionalmente, sin analizar si es un gasto que está dentro de nuestro presupuesto, si tiene sentido o nos va a dejar sin dinero para cosas que necesitamos.
Y hay que entender que no tenemos porqué ser perfectos, ni esperar que nunca fallemos en esto.
A pesar de que tengamos un gran criterio financiero, a pesar de que tengamos educación, que hayamos leído montones de libros, que tengamos experiencia, práctica, negocios, ingresos altos y lo demás; a veces simplemente vamos a querer caer ante ciertos gustos, y si esto está bajo control, no está mal.
Lo que en últimas debemos hacer, es destinar una cantidad de dinero únicamente para esas cosas; de manera que si surgen, podamos asumirlas sin remordimiento de ningún tipo y disfrutar de ese dinero, porque finalmente para eso estamos creando abundancia.
Pero que esté bajo control, para que no nos descarrile en nuestro objetivo de conseguir riqueza y crear el patrimonio que queremos; que nos quite dinero del ahorro o de la inversión, que necesitamos para seguir adelante.
Decisión #6: No Tener Una Casa Propia A Cierta Edad
O incluso, no haber tenido hijos o una familia en cierta edad.
La sociedad te va a forzar y a presionar socialmente porque ciertas cosas son «aceptables», y ciertas cosas son «inaceptables».
El pagar alquiler, se ve como la peor tragedia de la vida y hace que la gente te critique por ello, y te diga que ya deberías haber comprado una casa. No todo el tiempo es buena decisión comprar casa, no es una decisión efectiva para todo el mundo.
No para todo el mundo es buena decisión tener hijos en determinada etapa de sus vidas.
Entonces, muchas veces eso es cuestión mía, personal; y lo que digan otras personas, es un reflejo de la realidad de ellos, no de la mía.
Yo soy quien tiene la capacidad y el criterio de tomar esas decisiones y no debería avergonzarme por ellas.
Decisión #7: Comprar Cosas Usadas
Por ejemplo un automóvil, de hecho es mucho mejor idea comprarlo usado, ya que comprarlo nuevo es asumir una depreciación increíble con sólo sacarlo del concesionario.
El sólo título a mi nombre, que tenga el carro, ya lo hace menos valioso; y la verdad es que cuando compramos cosas usadas, ya sean equipos de trabajo, un celular, un computador o una cámara, incluso una cama, una mesa, estamos ahorrando dinero.
Y si el producto está en buen estado, probablemente no sólo ahorramos, sino que obtenemos algo de calidad por lo cual otra persona ya pagó lo que iba a salir costoso como tal.
Por lo que no deberíamos avergonzarnos, a menos de que compremos cosas que nos terminen saliendo más caraS, ya que a veces lo barato sale caro, y tenemos que ser muy conscientes de cada decisión que tomamos.
Pero a muchas personas les dan terror por ejemplo comprar ropa usada, simplemente porque les da pena del qué dirán otras personas, cuando a veces encontramos ropa increíble y en perfecto estado, como si estuviera por la mitad del precio, y es algo muy interesante que podemos explorar en algún momento.
Personalmente considero que hay que entender varias cosas al respecto de no sentir vergüenza por nuestras decisiones financieras, una de ellas es que hay una gran diferencia entre el carácter y el comportamiento, el carácter es quién yo soy aquello que me define, aquello que difícilmente va a cambiar en el tiempo.
Mientras que mi comportamiento se va modificando, se va adaptando a los tiempos, probablemente a mis ingresos, a mis gastos, al lugar en donde estoy viviendo, a la realidad que me rodea.
Y ese carácter y ese comportamiento deberían estar relativamente alineados el uno con el otro, para yo estar en una armonía e ir logrando mis objetivos.
Yo sé que hay ciertas cosas que definitivamente puedo cambiar en mí, pero hay otras que no y las tengo simplemente que aceptar; y en las que sí puedo hacer algo, tengo que comprometerme con mejorarlas cada vez más.
Por otra parte, la riqueza no es una cantidad de dinero que yo tenga en mi bolsillo o en mi cuenta bancaria, en mis inversiones o en mis propiedades… Es un estado mental, es lo que determina que incluso si una persona completamente rica, queda en la quiebra; pues vuelva a recuperar su fortuna en cuestión de tiempo, porque mentalmente está preparado para hacerlo.
Y esto le pasó a un primo que conozco, que durante su divorcio desafortunadamente se quedó sin su empresa y sin su casa, por un acuerdo legal; y tuvo que empezar de nuevo, desde cero, sin auto, sin empresa, sin casa, viviendo con el hermano que le dio la mano para ayudarlo temporalmente.
Pero quedó con lo más importante: Su mentalidad, sus conocimientos, sus habilidades, sus capacidades y su total convicción de alcanzar el éxito con lo que sabe hacer.
El día de hoy está mucho mejor que en el mejor tiempo que tuvo con esa empresa.
Creó dos empresas nuevas, empezó con un capital prestado por banco, ya que no tenía para empezar con medios propios; y logró progresar mucho más que antes, debido a una gran mentalidad de riqueza, de decisión, de determinación que fue lo que le permitió rebotar de una situación de estas.
Por lo que si estamos en un mal momento financiero ahora, no significa que vayamos a estar siempre así, ni mucho menos significa que seamos internamente pobres o de mentalidad de escasez, eso lo podemos transformar.
El objetivo es irte entendiendo a ti mismo y saber que cada fracaso o cada decisión no tan buena, es una elección que puede utilizar como escalón para seguir subiendo hacia la vida que realmente deseamos y a la prosperidad que realmente merecemos.
Y que mientras más en armonía estés con tú pasado, con tus decisiones anteriores; más probable es que puedas construir un gran futuro, porque puedes dejar el pasado en el pasado y ahora enfocarte, con la mente clara y los objetivos definidos, en lo que quieres ser en el futuro, en qué es lo que quieres ser hoy, en cómo deseas construir tu camino hacia la libertad financiera.