Cómo Eliminar El Nerviosismo En Situaciones Sociales
Cómo Eliminar El Nerviosismo En Situaciones Sociales
Cuando yo estaba más joven, por lo regular me sentía nervioso antes de cualquier reunión social.
Especialmente en aquellas que tenía el «riesgo» de que todos me prestaran atención.
Esto realmente no es algo divertido, y por supuesto, durante muchos años me impidió ser yo mismo y desenvolverme como me hubiera gustado.
La timidez, el nerviosismo y la pena ante los demás, puede realmente destruir nuestra vida, disminuir nuestra autoestima, hacernos creer que valemos poco y en definitiva causar problemas como la depresión (se sabe incluso de algunos casos de suicidio debido a esto).
Así que, si por alguna razón hasta ahora no consideras importante el dejar el nerviosismo, o te has creído el cuento de hadas de que «Ser Tímido es bueno», ten mucho cuidado, porque en realidad podrías estar poniendo en riesgo tu propia vida.
Y no lo digo por asustarte, todo lo contrario. Mi interés es que, como yo, en algún momento de tu vida superes esas dificultades que te impiden ser como te gustaría ser.
¿Cuántas veces has dejado de hacer algo por miedo al «Qué Dirán»? ¿Cuántas veces has dejado de hablar con la persona que te gusta por timidez? Muchas personas han perdido oportunidades increíblemente valiosas debido a esto, y sus vidas podrían estar mejor en este momento.
Así que, hoy quiero compartirte una pequeña idea que puede funcionarte para cambiar el tema del nerviosismo ante las situaciones sociales.
Una de las cosas que personalmente implementé en mi vida hace unos años cuando sufría timidez crónica, fue la siguiente:
Unos minutos antes de estar en la cita, clase, reunión o entrevista que me ponía nervioso, por lo regular me gustaba desacelerar.
De hecho me lo tomaba muy en serio. Caminaba más despacio, me movía mucho más despacio. Hasta que finalmente me detenía.
Quizás me sentaba en una silla, o me quedaba parado en una ventana analizando el horizonte sin pensar realmente en nada.
Posteriormente, me gustaba tomar respiros profundos, más profundos de los normales, tratando de respirar con el diafragma y no con el pecho.
Me enfocaba en mi respiración y sólo en mi respiración por uno o dos minutos.
Algo curioso de este ejercicio, es que funciona con psicología invertida. Cuando estás relajado, tu cuerpo tiende a reflejar tu estado mental y de ánimo. Cuando estás nervioso, tu cuerpo no para de moverse y todo el tiempo estás buscando qué hacer con tus manos o tus pies.
Entonces, si el cuerpo de una persona relajada refleja confort, quietud y tranquilidad, ¿Qué tal enviarle el mensaje a mi mente de que mi cuerpo se encuentra tan relajado como para que no haya necesidad de sentirse nervioso?
Esa es justo la razón de ser del ejercicio y es lo que te permitirá modificar tu actitud y pensamientos antes de un encuentro social. De hecho, funciona tan bien que es bastante conocido y aplicado por muchas personas.
Personalmente a mí me cambió la vida en el sentido de que cuando llegaba a reuniones o citas, ya no me sentía ansioso, y por el contrario, me daba cuenta a veces cómo incluso yo estaba más relajado que los demás.
Algunas personas no lo intentarán porque creen que no sirve para nada, pero esa será una excusa para decir: «No creo que a mí me funcione».
Por hoy me gustaría que dejaras los prejuicios atrás y que confiaras en ti mismo y en tus capacidades. ¡Pruébalo! Te garantizo que realmente puede ayudarte, sin embargo depende de que tomes la decisión de permitirte a ti mismo actuar al respecto.