Cómo Pasar Al Tercer Nivel
Cómo Pasar Al Tercer Nivel
Hace unos días, te hablé sobre los 3 niveles de pensamiento, y la manera como podemos ser más propensos a albergar Creencias Limitantes específicamente con los niveles 1 y 2.
La conclusión ese día fue: «Debemos pasar al tercer nivel». Sin embargo ¿Cómo hacerlo? Bien, de eso se trata el artículo de hoy, así que presta mucha atención 😉
Lo primero que hay que saber, es que el tercer nivel de pensamiento, no es uno perfecto. No hablamos de convertirnos en genios, o en maestros del Desarrollo Personal.
No por estar en este nivel lograremos éxito instantáneo y riqueza de la noche a la mañana. Lo que sí lograremos, será un mayor dominio de nuestra propia mente, una mayor conciencia respecto a la mentalidad que albergamos, y un autocontrol total en cuanto a pensamientos negativos.
Todos estos, son los beneficios de una mente sana y ejercitada para el éxito, pero a pesar de que las personas pueden lograr esto de una manera sencilla, el proceso no termina ahí.
Así que debes saber que pasar al tercer nivel, es tan solo subir un escalón más hacia tu plenitud. No la escalera completa.
Luego de que te encuentres en el tercer nivel, será fácil volver al 2 y hasta al 1, por lo que debes persistir y estar conciente hoy y dentro de un año.
En principio, lo que voy a mencionarte puede parecer un poco extenuante, pero luego de un tiempo deja de serlo, al convertirse en automático dentro de nuestra mente subconsciente.
Hay que tener en cuenta, que aquí no enseñamos ciencias complicadas o métodos super complejos para lograr cambios en la vida. Tampoco experimentamos con nuevas y extrañas maneras de hacer las cosas.
Queremos métodos antiguos y probados, que se sabe que funcionan, para lograr nuestras metas y ser cada vez más felices; te digo esto porque posiblemente te parezca que esto ya lo sabías.
En caso de ser así, la pregunta es ¿Lo sabes y también lo aplicas? Y sino ¿Estás dispuesto a aplicarlo desde hoy sin falla?
Ahora si, vamos a lo interesante 🙂
En el primer y segundo nivel, las personas creen que tienen poco poder en sus vidas para controlar sus destinos. Ellos no creen que un accidente, o una enfermedad, haya sido creada por ellos mismos, debido a sus patrones de pensamiento.
Y por tanto, dejan al azar su destino, y en las manos de algún ente externo a ellos, las decisiones y eventualidades que marcan sus vidas.
Estar en el tercer nivel, implica mucha autoconfianza, para saber que efectivamente tenemos el poder de crear nuestras vidas, y de que existen formas probadas de triunfar y lograr el éxito en lo que nos propongamos.
Implica dejar de lado conceptos tales como: «Esa persona tuvo suerte, yo nunca lograría algo así». Bien, antes de continuar (porque creo que ahora estarás pensando: «Yo sé que puedo, y confío en mí»…) quiero hacerte una pregunta.
¿Recuerdas los campeones olímpicos? Quiero que recuerdes a uno de ellos, tipo Usain Bolt. Bolt corrió en los 100 metros planos en los juegos olímpicos de Londres 2012. En su carrera, obtuvo el segundo mejor tiempo de la historia.
Ahora bien, probemos tu autoconfianza: ¿Te crees capaz de superar a Bolt?
Más del 95% de la gente dirá que no.
Pero ¿Sabes qué es lo más tremendo? Que SI puedes. Y no te lo digo por motivarte, te lo digo porque es un hecho Físico. Te hablo de un argumento factual e irrefutable.
Es imposible que si sigues una serie de pasos específicos y orientados hacia el éxito, no le ganes. Sin embargo, ¿Sabes qué detiene a todas aquellas personas que no le ganan en velocidad a Bolt? La falta de autoconfianza.
Por lo tanto, si quieres pasar al tercer nivel, debes tener autoconfianza. Pero VERDADERA Autoconfianza, en serio. No decir que la tienes, sino tenerla.
Y esto implica ponerte a prueba, practicar día a día, y buscar mejorar todo el tiempo, sea lo que sea que hagas. No necesariamente tienes que correr, puede ser que mejores en los negocios, en las relaciones, o en la salud, pero debes tener autoconfianza y crecer.
Por otra parte, debes ser totalmente racional y objetivo. Y esta de hecho, es la parte más difícil, pues un ser racional se encuentra libre de miedos, temores, corazonadas, intución negativa y malos «presentimientos».
La persona objetiva es objetiva y punto. Sabe que puede triunfar, nada lo detiene y simplemente avanza.
Desarrollar objetividad es fácil a través de la investigación. Es increíblemente probable que lo que tú quieres, ya lo hayan logrado muchas personas. Quizás cientos, miles o millones. Por lo que sacar la excusa de «no puedo» es tristemente infantil.
Por más dificultades que veas en la vida, objetivamente puedes salir adelante y superar todo obstáculo, es así de sencillo.
Y finalmente, necesitaremos acción basada en la evidencia. Si bien en ocasiones es importante tomar riesgos, no vamos a confiar en la bola de cristal mágica que nos adivine el destino. Vamos a tomar decisiones radicadas en los hechos.
Y esto implica combinar un poco de sueños aterrizados (no realistas). Aspirar a ser grande. Un Ferrari o Lamborghini no son para nada, algo fuera de la realidad.
Existen, y ahora mismo están siendo conducidos por miles de personas alrededor del mundo. ¿Por qué tú no estás conduciendo uno ahora? No es porque dichos autos estén fuera de la realidad… Es porque no has llevado a cabo los pasos necesarios para tener uno.
Y esos pasos existen, y prueba de ello es que hay montones de estos autos en las calles de muchos países. Si no fuera así, yo aprobaría el hecho de que es imposible tener uno, pero está viva la prueba y lo único que nos falta es actuar 😉
Muchos tendrán la excusa de que «no necesitan un auto tan ostentoso» o que tienen miedo de estrellarlo, o que los roben… Bueno, en ese caso no estarían pensando en el tercer nivel. Porque la acción basada en la evidencia dice todo lo contrario.
Si te educas apropiadamente para el éxito, podrás lograr cualquier cosa que quieras (siempre y cuando no violes ninguna ley universal). Nada fuera de los límites universales es imposible.
Empieza por tomar control en tu vida y dejar la flojera (pereza). Nadie más que tú tiene la llave del éxito. Solo tienes que USARLA y dejar de dar excusas.