Encontrando Una Pasión Oculta
Autor: Sebas Celis
Encontrando Una Pasión Oculta
Este artículo, es en realidad un correo que me envío uno de mis estudiantes y que quiero compartir contigo el día de hoy.
El mensaje trae una gran muestra de perseverancia, y una enorme enseñanza del esfuerzo y de la pasión que debe haber en nosotros cuando queremos conseguir un sueño.
Espero que disfrutes el mensaje, y sobre todo, espero que te inspire a lograr tus metas y objetivos.
Aquí va:
Estimado Juan Sebastian,
Quise escribirte, primero, para agradecerte por el hecho de poner al alcance nuestro tantos conceptos que en lo personal me han ayudado mucho a superar un estado anímico y mental muy malo, en el cual me sentía paralizado para actuar y salir adelante.
He venido notando un cambio en mí al ir aplicando los ejercicios del entrenamiento, y siento que estoy en el camino correcto, con una actitud que jamás antes había sentido. Me siento con más control sobre mi vida, y aunque este es un camino que requiere de paciencia y tiempo -como en alguno de tus artículos mencionas-, siento que el rumbo es el correcto. Aun cuando recién estoy comenzando.
Ahora, quisiera contarte algo que tuve el privilegio de realizar el pasado fin de semana: ¡Subí hasta la cima de un volcán! Cómo quisiera transmitirte la sensación que se tiene al estar al borde de un cráter volcánico extinto, cubierto por un glaciar, con el paisaje de la cordillera de Los Andes a tus pies…
Puedo decir sin duda alguna que ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, y lo mejor, lo hice junto a mi pareja y un grupo de amigos.
Muchas veces las expectativas se ven superadas por la realidad, en el buen sentido de la frase, porque lo que pensamos iba a ser una jornada de trekking -o senderismo- en medio de bosques y montañas, terminó siendo una ascensión a un volcán… Lo cual puso a prueba -en el sentido más amplio de la palabra- mi condición física… y mi voluntad.
Hoy al reflexionar en esta experiencia, me doy cuenta que es como la vida misma, es la mejor metáfora que puedo aplicar a lo que es este camino hacia la consecución de nuestros sueños o nuestras metas, cualquiera que éstas sean.
No soy un deportista, ni menos voy a un gimnasio (pero siempre tuve curiosidad por subir una montaña), por lo que ese día la exigencia fue doble… O triple.
Ves la cima de la montaña y piensas que nunca vas a llegar. Crees que has llegado a la meta y te das cuenta que aún no lo has hecho, que falta un tramo más empinado aún por ascender. Ves lo que falta para llegar a la cumbre y todo tu cuerpo y tu mente te dice: «No puedo más… No soy capaz… ¡¡Detente, por favor!!»; en cada paso sientes que las piernas son de plomo.
Hubo un momento en que mi novia y yo, que éramos los últimos de la fila que iba subiendo, nos quedamos completamente solos, los demás ya estaban casi en la cima, y yo le dije a mi novia: «No puedo más; lleguemos hasta ese hito que está más arriba y nos quedamos ahí y esperamos a que el resto baje». «Bueno», me dijo ella. Y seguimos subiendo lentamente.
Cuando llegamos al hito -cada 1 km del sendero había una estaca a modo de hito en donde te marca la distancia recorrida-, vi que ya no quedaba mucho para la cumbre, y que el resto del grupo ya estaba llegando a la cima. Ahí me di cuenta que debía hacer el último esfuerzo y seguir adelante.
Como pude, seguí subiendo, pasito a paso, lento como una tortuga, pero avanzando al fin.
Y valió la pena: (Haz Click En La Imagen Para Verla Más Grande)
Estando ahí, desde donde saqué esta panorámica, ves la recompensa del tremendo esfuerzo que significa caminar 4 horas y 10kms en ascenso, te olvidas del cansancio, la sed y el calor.
Estando ahí, en ese punto en donde pocos llegan (porque dicho sea de paso, esta ruta está catalogada como de alta exigencia o dificultad alta), queda atrás toda intención de rendirse, comprendes que si te hubieras dado por vencido unos cientos de metros antes, no habrías vivido el hecho de conquistar una cima, de ver lo que vi yo, de disfrutar de ese paraje único, de darte cuenta de que eres más capaz de lo que crees.
Los problemas cotidianos se ven reducidos a la mínima expresión ante el panorama conquistado. Aplicable a la vida, ¿no crees?
Esta experiencia la he atesorado como algo que hoy me impulsa a seguir adelante con mi cometido, estoy en pleno movimiento para salir adelante financieramente, y aunque quizás en unos minutos la compañía proveedora de internet me suspenda el servicio por no poder cancelar a tiempo la cuenta, no me aquejo por eso.
Aquello tiene solución y en un tiempo más ni me voy a acordar de estos pequeños baches en el camino, pero lo que ves en la foto lo voy a recordar siempre…
Ahora, ya estamos planificando una próxima salida, mi novia y yo somos amantes de la naturaleza, así es que estamos pensando en una próxima aventura; preveo que nos convertiremos en aficionados al trekking… y creo que encontré una pasión que estaba escondida.
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