Éxito Y Motivación
Éxito Y Motivación
El éxito, es la meta y la cima a la que todos queremos llegar con cada uno de nuestros sueños.
La motivación, es el impulso interno que se produce por correr en busca de nuestros sueños, por cumplir nuestras tareas y ser responsables. Este impulso puede nacer de manera intrínseca y sin mayor intervención de otros, o de manera extrínseca, gracias a determinados estímulos que impacten nuestros sentimos.
El éxito y la motivación son una combinación inigualable para llegar al lugar que queremos, para alcanzar la cima que soñamos.
Algo importante que debes tener en cuenta, es lo siguiente:
Sin Motivación, No Hay Éxito
Si en tu vida no hay motivación para ser una persona rica, jamás llegarás a serlo.
Tu vida debe tener razones para querer lograr una meta, para querer correr un carrera. Si no te motivan los resultados que obtendrás caminando determinado camino, entonces te cansarás de dar pasos y desistirás para tomar un rumbo diferente.
La motivación es uno de los pilares del éxito, porque representa tu fuerza para cumplir con las tareas que te permitirán llegar a donde quieres, representa tu perseverancia aún cuando el camino está nublado porque conoces la meta, representa el impulso en tu interior para trabajar por tu éxito.
¿Cuál es tu motivación para ser una persona exitosa?, ¿Qué es lo que hoy te impulsa a empezar el camino que te llevará a tus sueños?, ¿Qué esperas para empezar?
Encuentra la motivación dentro de ti, ¡Y actúa!
Pero La Motivación… No Es Suficiente
Si ya sabes lo que te motiva a caminar, es hora de que sepas que esa motivación que hoy sientes, no será suficiente para llegar al lugar que anhelas.
¿Cuántas veces has empezado un libro con ansias de saber su final, y has parado en la mitad para nunca más volver a cogerlo?, ¿Cuántas veces has decidido empezar una rutina de ejercicios diaria para tener un mejor cuerpo y una vida saludable?
Muchas veces nos planteamos muchas metas movidos por la emoción que se produce en el instante de saber cuál es el resultado, pero llega un momento en el que caminar parece perder su sentido, en el que olvidas a dónde te diriges y empiezas a ser como un zombie sin rumbo alguno.
Adquiere la actitud y la autodisciplina para cumplir con lo que te propones. Convierte tus actividades en hábitos absolutamente implantados en tu ser… ¡Y sigue caminando!