Las Tarjetas Virtuales: Cómo Utilizarlas Para Sacarles Partido
Las Tarjetas Virtuales: Cómo Utilizarlas Para Sacarles Partido
Comprar por internet sigue suponiendo una fuente de dudas para muchos consumidores. A pesar de que el ecommerce está cada vez más implantado y los métodos de pago son seguros, todavía hay quien duda por su seguridad a la hora de proporcionar los datos de la cuenta corriente o la tarjeta de crédito o débito.
Para minimizar el riesgo, bancos y otras entidades han lanzado tarjetas virtuales, que funcionan de manera similar a las tarjetas de crédito o débito pero que no pueden utilizarse fuera del ámbito de pago por internet.
¿Qué Son Las Tarjetas Virtuales?
Esas dudas que experimentan los usuarios sobre las compras en internet no guardan relación con el producto o servicio que se adquiere en la mayoría de los casos, sino que afectan a los métodos de pago y la seguridad que estos proporcionan. Era necesario proporcionar algo que superara las reticencias iniciales.
Por su nombre, podría parecer que estas tarjetas no tienen un formato físico, pero no es así. Las tarjetas virtuales son productos de pago que no poseen las condiciones físicas de sus asimilables de crédito o débito. Es decir, aunque en algunos casos sí tiene cuerpo físico, no poseen ni banda magnética ni ningún sistema que permita utilizarlas para adquirir productos o servicios fuera de internet.
Con estas tarjetas, el usuario recibe un número, una fecha de caducidad y un número de control, que son los básicos para realizar compras a través de la red. Además, las tarjetas virtuales suelen incluir medidas de barrera como la confirmación a través de un PIN o mediante un código recibido por SMS.
Tarjetas Virtuales Frente A Tarjetas Clásicas
Con las tarjetas virtuales, es el propio usuario el que carga de manera manual sus fondos, de modo que estos son limitados y controlados. No funcionan a crédito y deben recargarse de manera puntual para realizar determinadas transacciones. Cada entidad financiera ofrece una cantidad máxima de recarga o de crédito disponible.
Un aspecto positivo frente a las tarjetas de crédito o débito tradicionales es que no están vinculadas de manera directa a los productos financieros del cliente, de modo que si alguien intenta robar en la tarjeta y lo consigue, solo podrá acceder a los fondos disponibles en la tarjeta.
En una oportunidad, el sitio Todo Chile 10 elaboró un listado con las mejores tarjetas de crédito virtuales, en donde detalló las ventajas y desventajas de cada servicio. Actualmente Chile está desarrollando múltiples opciones en la economía fintech.
Qué Aspectos Debemos Considerar Para Elegir Una Tarjeta Virtual
Al igual que ocurre cuando adquirimos otro producto financiero, es imprescindible conocer cuáles son los gastos derivados de tener una tarjeta virtual. Estos son el coste de contratación, el mantenimiento y si existe algún tipo de comisión a pagar por realizar operaciones.
Estas tarjetas, asociadas a su uso en internet, tienen como aspecto relevante el límite de fondo y si existe un ingreso mínimo a realizar. Si la idea es comprar fuera del país, hay que prestar atención a si existen gravámenes por el cambio de divisas.
Una posibilidad añadida de las tarjetas virtuales es que pueden vincularse a otras plataformas de pago para ser usadas en tiendas físicas con gadgets tecnológicos, como smartphones o smartwatches, por lo que tendremos que verificar si existe esa opción.
Finalmente, hay que revisar con detalle la protección que ofrecen: envío de SMS, seguros, coberturas ante fraudes… algo que aparece en la conocida letra pequeña de los contratos.
Ventajas Y Desventajas De Las Tarjetas Virtuales
Alguna de las ventajas asociadas a estas tarjetas ya la hemos comentado, como el hecho de que no están asociadas a otros productos financieros y que solo se utilicen para compras en internet. No obstante, ninguna de ellas es su ventaja más clara.
El aspecto más potente de las tarjetas virtuales es que con ellas existe un control absoluto sobre las compras ya que pueden ser recargadas con la cantidad exacta necesaria para gastar. En este sentido, la compra es más reflexiva.
El usuario es quien decide los importes dentro de la tarjeta, no hay lugar a la pérdida física de la misma y, como las de débito o crédito, reúne todas las características de seguridad de pago pero con las condiciones particulares que le confiere el hecho de ser un método de pago virtual.