Los Pobres Discriminan A Los Ricos
Autor: Sebas Celis
Los Pobres Discriminan A Los Ricos
Es curioso, los pobres piensan que los ricos los discriminan por ser pobres.
¿Qué pasaría si te dijera que lo que verdaderamente ocurre es el caso contrario? ¿Me creerías si te afirmo con certeza que son las personas pobres quienes rechazan a los ricos y los discriminan la mayor parte del tiempo?
Como es obvio y aplica para muchas cosas en esta vida, no se habla en términos absolutos. Es decir, no en todos los casos los pobres discriminan o rechazan a los ricos, pero hablamos de tendencias y hablamos de mayorías.
En otras palabras, podríamos afirmar que en más del 99% de los casos, son precisamente los pobres (personas que cuentan con mentalidad de pobreza) los que rechazan a quienes consideran son ricos (mayoritariamente, quienes aparentan tener más posesiones).
Esto puede verse fácilmente en los niños y adolescentes, cuando casi por naturaleza, segmentan sus círculos de amigos de manera tal que contenga sólo a quienes ellos consideran viven situaciones acordes a la suya. Esto resulta en que la mayoría de niños clase media y pobre, ven a los niños descendientes de familias «pudientes» como mala gente, personas humillativas, o simplemente como dirían en Colombia: «Ricachones».
Y esto no ocurre sólo en los niños (quienes cuentan con una programación mental aprendida de sus padres) sino que prácticamente a todo el mundo. Uno puede escuchar incluso a sus abuelos hablar mal de los ricos, o en otras palabras, discriminarlos de alguna manera.
Las personas con una mentalidad pobre, ven como ricos, prácticamente a toda persona que tenga aparentemente más que ellos. Cuando alguien tiene un mejor automóvil o una mejor casa, lo etiquetan de rico, y curiosamente, sienten de inmediato un rechazo natural por ellos.
Es sabido que en muchas ocasiones esas personas con mentalidades pobres (o vestigios de las mismas) se sienten inferiores a los demás. Y piensan bajo dicho criterio inferior que las otras personas por defecto los odian, los rechazan o repudian y los discriminan, en muchas ocasiones esta gente pobre, ni siquiera conoce personalmente a los que ellos mismos denominan ricos.
¿Cómo puede uno juzgar a alguien sin conocerlo? La verdad, no tengo idea, pero es justo eso lo que logra una mentalidad de pobreza.
Las personas pobres de mente, se convencen tanto de que los demás los están discriminando, que ellos mismos empiezan a sentir rechazo por ellos, y empiezan a ser ellos quienes discriminan. Lo que empieza como una percepción tergiverzada de la realidad, termina por convertirse en una realidad adversa.
Las enseñanzas de todo esto aquí son varias:
- Debemos saber quienes son Verdaderos Ricos: No deberíamos juzgar a quienes no conocemos, y de quienes no sabemos con exactitud su situación, su vida y sus problemas o éxitos. NO son ricos quienes aparenten tener mucho dinero, son ricos quienes cuenten con libertad financiera, quienes sean dueños y patrones de sus propias vidas, quienes no dependan de los demás y quienes realicen una contribución positiva al mundo. El resto son clase media o pobres. Así de sencillo, duélale a quien le duela. Incluso puede darse el caso de que existan pobres con mucho dinero.
- No debemos hacer con nadie, lo que no queremos que hagan con nosotros: Esta es una enseñanza magistral impartida por muchos grandes personajes de la historia. Se trata de no discriminar a quienes no queremos que nos discriminen. De no rechazar de antemano a quienes no conocemos y de quienes no querríamos ningún rechazo. Todo en la vida busca un equilibrio natural, así que si deseas armonía en tu vida y si lo que quieres es vivir muy bien en este mundo, empieza por hacer las pases con quienes han logrado más y menos que tú.
Finalmente, todos estamos en este mundo para disfrutar, para vivir, para soñar, para llegar lejos y para alcanzar la plenitud.
No podemos caerle bien a todo el mundo y no podemos hacer que todos nos traten bien o como desearíamos, pero sí podemos predisponer nuestras mentes de manera positiva ante aquellas personas que no conocemos por completo y abrir nuestras mentes para permitirle a cualquier ser humano (que es exactamente igual que tú, nadie más que nadie) formar parte con armonía de esta gran cadena existencial.
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