Resiliencia: 5 Claves Para Ser Una Persona Resiliente
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Todos tenemos problemas en la vida, sin embargo algunas personas los resuelven o tratan con ellos de forma diferente que otras.
Y la gente más exitosa, al tratar con las dificultades, los imprevistos, los tropiezos, se dice que tienen mucha más resiliencia.
Cuando se es resiliente, podemos rebotar de situaciones difíciles fácilmente y volver a un estado positivo.
Un estado en donde sea sencillo tomar decisiones y actuar para seguir progresando, manteniendo nuestro bienestar mental.
Por lo tanto, la resiliencia es una de esas fortalezas que muy pocas personas conocen y que es supremamente necesaria para mantenernos estables aún en los momentos difíciles, y no dejarnos descontrolar internamente ante las dificultades.
A veces que nos encontramos con un obstáculo que puede ser incluso muy pequeño ante los ojos de todos los demás.
Pero que se nos vuelve una barrera que nos impide avanzar.
Hay personas que por cualquier dificultad se sienten mal y crean una «bola de nieve» de emociones y de sentimientos negativos.
Que en últimas, se puede convertir en problemas mentales como una depresión, y puede afectarlos a nivel físico, en sus relaciones, su trabajo, etc.
Y la verdad es que ser resiliente no significa que ignores los problemas, o que te hagas «el del oído sordo», sino que tengas la capacidad de desarrollar un carácter más sólido, más fuerte, y más preparado para lidiar con cualquier improvisto sin dejarse derrumbar.
Obviamente esto para la mayoría de los casos y las situaciones más cotidianas, porque hay cosas que suceden y que no se solucionan con «pensar positivo» o «con cabeza fría», como la falta de un ser querido, por ejemplo.
Sin embargo, incluso en esos momentos de todas maneras necesitas tomar decisiones, tomar acción, o seguir trabajando, y cómo lo vas a hacer.
Cómo vas a afrontar alguno de esos grandes problemas, o cómo vas a hacer cuando tengas un inconveniente pequeño que lo veas como gigante.
Justo quiero compartirte 5 claves que puedes empezar a aplicar desde hoy para ser más resiliente.
#1 Dale A Todo La Importancia Justa
Hay ciertos problemas o dificultades en la vida que son enormes y nadie va a decir que no.
Pero hay otros en los que tenemos que ser inteligentes y pensar: «Esto no es tan grande como parece», «esto no merece tanta atención de mi parte, tanto tiempo de mi parte», o «no puedo dejarme derrumbar por esto, debo resolverlo y seguir adelante».
Sobre todo, recuerda que preocuparte no va a resolver el problema, lo que va a resolver el problema es que tomes las acciones necesarias.
Entonces, este punto se refiere a que aprendas a analizar conscientemente cuál es el tamaño del problema, del obstáculo y cuál es el peor escenario posible.
Porque muchas veces nos damos cuenta que no es algo tan grande, y que quizás, o tiene solución, o si no podemos solucionarlo, de todas maneras podemos continuar con nuestra vida.
Y es ser consciente de ello.
#2 Toma Decisiones Racionales
Cuando estamos en una dificultad, cuando surge algún imprevisto y queríamos que todo saliera perfecto, es cuando más tendemos a ser impulsivos.
A querer hacer cosas que no teníamos planeadas, a tomar decisiones apresuradas sin analizar bien lo que vamos a hacer.
En ese momento es donde tenemos que estar preparados para detenernos y decir: «Un momento, voy a analizar la situación y a pensar de forma racional qué puedo hacer al respecto».
Porque las decisiones que tomes ahora, son las que en el futuro te van a traer otros resultados.
Y si las tomas impulsivamente, posiblemente no tengas en cuenta algunos factores que después puedan causarte dolores de cabeza.
Entonces se trata de entrenarte a que cuando te ocurran estas situaciones, pequeñas o grandes, tengas la capacidad de detenerte, analizar y decidir.
Puede ser algo tan sencillo como 1 minuto, o 2 minutos… Pero la mayoría de personas se toma algunos pocos segundos para decidir y esto es caer en la impulsividad.
#3 No Te Dejes Llenar De Negativismo
Cuando algo en la vida sale mal, cuando un proyecto no avanza como lo esperamos, o cuando pasa cualquier imprevisto… Nuestra mente empieza a llenarse de negativismo.
¿Por qué? Porque prevé una situación negativa.
Es decir, el tropiezo o el obstáculo le hace pensar que va a haber más cosas como esas en el futuro y que va a ser imposible lograr el éxito.
O que en otras palabras, va a haber más decepciones, más dificultades y más sentimientos negativos.
Tu mente en realidad quiere protegerte de esas cosas y lo que hace es empezar a llenarse de negativismo, ¿cómo?
Diciendo: «Ya que ocurrió esto, ahora mínimo también puede pasar esta otra cosa».
Por ejemplo, si estás en el trabajo y llega tu jefe a la oficina y te mira feo, ya tu mente empieza a crearse la película de que está pensando en despedirte, o que te va a negar el permiso que le pediste, etc.
Cometemos el error de personalizar cualquier situación externa, de pensar que fue nuestra culpa, que a lo mejor no somos buenos para nada…
Y todo esto empieza a bajar nuestro autoconcepto, y esa es una de las formas más difíciles de ser resiliente.
Porque simplemente si yo me siento mal conmigo mismo, va a ser imposible que me sienta en capacidad de tomar decisiones que resuelvan un problema.
#4 Ten Una Red De Contactos
Ten en tu vida personas con las que puedas contar en el momento en que necesites apoyo, guía o simplemente hablar con alguien que te escuche o que te entienda.
La gran mayoría de las personas que tienen dificultades con la resiliencia, son quienes se sienten solos.
Puede que no estén solos, pero se sientan solos.
Por lo tanto, desarrollar relaciones que te sirvan de apoyo y compañía, es vital para ser resiliente ante las dificultades y poder volver a estar en un estado de bienestar.
Finalmente, lo cierto es que todos tenemos alguna u otra dificultad a menudo, es algo antural… Así que, es seguro que puedes encontrar o crear relaciones de apoyo en tu entorno.
#5 Conviértete En Alguien De Apoyo Para Otros
De la misma manera que en el punto anterior, tú mismo puedes ser alguien que le ayude y le sirva a otros.
Involúcrate y trate de ayudarles en sus dificultades, no convirtiéndote tú en una carga sino en parte de la solución y el apoyo que los demás puedan necesitar.
Esto es muy bueno en dos sentidos:
- Te sientes bien al ayudar a otras personas. Ayudar es una de las mejores maneras de crear felicidad para tu vida.
- Aún más importante, y es que si ayudas a otras personas, tu mente instantáneamente se siente capaz, es decir, desarrolla autoconfianza. Y dice: «si yo pude ayudarle a esta persona, posiblemente yo pueda ayudarme a mí mismo también».
De hecho, uno de los ejercicios más básicos y poderosos de la autoayuda como tal, es que te imagines a ti mismo como un consultor o psicólogo, y te cuentes tu problema como si fueras alguien externo.
Y finalmente, puedas preguntarle a ese consultor (que eres tú mismo) qué haría, qué solución le daría, o qué cosas puede tener en cuenta para resolver ese problema.
De esta manera empiezas a imaginarte esa conversación y a ver qué respuesta tú mismo te darías.
Así mismo, puedes hacer el ejercicio pensando en las dificultades de otras personas, imaginándote que realmente te pagaron una consulta y pagaron por una respuesta y ayuda tuya.
Entonces, ¿qué harías para ayudarlos, para apoyarlos?
Y la mejor manera de hacer este ejercicio, es realmente llevándolo a la práctica siendo el apoyo de tus amigos o familiares y aprendiendo a ser resiliente sin importar las dificultades que se atraviesen.