¿Por Qué Los Consejos Son Inútiles?
¿Por Qué Los Consejos Son Inútiles?
Consejos… muchos hemos dado y recibido montones de consejos a través de nuestra vida.
Sin embargo, hoy quisiera compartir una visión un poco diferente sobre los consejos, una que realmente te ayudará a forjar una mejor vida y un mejor futuro.
Pedir consejos a alguien puede parecer razonable, seguro que personas que tengan más experiencia que uno mismo, podrán indicar buenos caminos a seguir, sugerir grandes oportunidades que no vemos a simple vista, fallas en las cuales no caer… etc.
Esto de recibir consejos, sin duda alguna puede ser de gran ayuda, puede llenar los vacíos de nuestro conocimiento y experiencias pasadas, y en general reducir nuestra curva de aprendizaje a través del previo aprendizaje de otros.
Sin embargo, yo considero que dar y recibir consejos no es bueno.
Es decir, en otras palabras, los consejos son inútiles. ¿Quieres Saber Por qué?… Sigue Leyendo 😉
Consejos De Baja Calidad
El primer problema con pedir consejos, es que es demasiado fácil. Cualquiera puede hacerlo, y como cualquiera puede hacerlo… todo el mundo lo hace.
La gente siempre está pidiendo consejos, y están recibiendo todo el tiempo montones de ellos. No es difícil para nadie dar un consejo, si lo único que se debe hacer es dar una respuesta somera a una pregunta. Es algo que se hace con bastante frecuencia, y por tanto los niveles de calidad de los consejos que se reciben son generalmente bastante bajos.
Muchas personas cuando aconsejan a otros, lo que hacen es decir lo primero que venga a sus mentes. Si le haces la misma pregunta a la misma persona en diferentes momentos del día o de la semana, podrías recibir diferentes respuestas. Incluso estas respuestas podrían ser contradictorias.
Por ejemplo si alguien le pregunta a un blogger exitoso, cuál es el secreto para tener un buen blog, un día dirá que es generar buen contenido. Otro día dirá que todo se trata de las conexiones con otros bloggers. Y posteriormente podría afirmar que es aprovechar el posicionamiento en buscadores y las redes sociales.
Los consejos dependen directamente de los estados de las personas. Esto significa que la respuestas que recibas de alguien, va a depender de cómo se encuentre en ese momento respecto a dicha temática, tanto mental como emocionalmente.
Esto es perfectamente normal en el comportamiento humano, sin embargo. No es un problema de por sí. Pero es algo que debemos conocer y aceptar.
Consecuentemente, es una muy mala idea darle un gran peso a los consejos que recibimos de otras personas. Incluso si quien te aconseja es alguien que admiras y respetas profundamente, date cuenta de que el consejo que te de podría ser débil en términos de calidad.
Consejos Irrelevantes
Otro problema con el que te vas a encontrar usualmente, será el de recibir consejos que simplemente no te sirvan.
Por ejemplo, si le preguntas alguien que tiene su propio negocio exitoso acerca de sus secretos para el éxito, y te aconseja con lo que sabe de su cadena de restaurantes chinos… sus «secretos» podrían no funcionar en tu negocio por Internet, o en tu consultoría… etc.
Quizás pudieras adaptar ciertos principios generales, pero muchos factores de éxito dependen del dominio. Esto significa que algunos de esos factores funcionarían muy bien en un área, pero en otra podrían no tener sentido alguno. Quizás tu negocio por Internet no tenga que lidiar con críticos de comida, inspectores de sanidad, ni el pago de un arriendo en un local del centro.
Cada que uno lee historias de éxito de emprendedores que han llegado lejos con sus negocios en diferentes sectores de la industria, es fácil ver cómo estos comparten factores de alto nivel que pueden llegar a ser bastante útiles, tales como contar con una visión clara y unos objetivos y metas sólidos, contratar gente talentosa, persistir… etc. Pero la mayoría de detalles son específicos para ellos –para su industria, la gente con que trabajan, el periodo de tiempo en que su negocio creción… etc.
Estas historias, valen la pena leerlas. Pero es mucho mejor tomarlas como entretenimiento y motivación, que como consejos en sí mismos. En vez de tomar montones de idea de dichas historias, lo bueno es disfrutar con la conexión emocional necesaria para emprender y lograr cosas grandes de la manera que otros lo han hecho.
Incluso si uno tuviese la oportunidad de verse en persona con quien escribió alguna de las historias, pedirle consejo también sería completamente inútil. Sería más útil contagiarse de su energía y entusiasmo.
Si estas personas son consideradas minas de oro, yo sugeriría pensar en ellos, no como minas de oro de fuentes de información, sino como minas de oro de visión y acción.
Consejos Erróneos
¿Que pasa cuando le pides consejos a alguien, y te dan la mejor respuesta posible, pero esta va en contra de tus principios o te parece una locura?
Esto usualmente ocurre cuando tú y la otra persona tienen diferentes valores. Si lo más importante para ti en la vida es realizar una contribución positiva al mundo, y le pides consejos a alguien bastante materialista, verás que el consejo que recibes estará completamente errado bajo tu concepto.
El consejo podría ser práctico, pero no puedes usarlo ni aprovecharlo. Simplemente no es para ti.
En ocasiones uno tiene que trabajar con personas que manejan valores muy diferentes a los propios. Uno podría escuchar una conversación en la que alguien le da un consejo que suene totalmente alocado y disparatado a otra persona, pero dicha persona podría percibirlo como positivo y práctico.
Otra situación similar se da cuando quien busca un consejo se encuentra en un camino similar a quien lo va a aconsejar, pero el primero no ha llegado lo suficientemente lejos en su vida como para realmente conectarse con el consejo y aplicarlo en su realidad como debe ser. El consejo podría no ser malo en sí mismo, simplemente sería prematuro. En cualquier caso, sigue sin poder aplicarse efectivamente.
Si recibes un consejo de alguien, y terminas sintiendo que dicho consejo no aplica para tu vida, pero funcionó para ellos, te estás encontrando con un consejo erróneo. Si de hecho intentas aplicarlo, lo más probable es que no te funcione. Y si llega a funcionarte en cierto modo, probablemente no te sentirás bien al respecto y termines desechando la idea.
Carencia De Poder Sobre Ti Mismo
El problema más grande que he descubierto cuando he buscado consejos de otras personas, es que sutilmente estoy renunciando a tener poder sobre mí mismo. Le estoy entregando ese poder a otros.
Con pedir consejos, estamos enviando un mensaje a nosotros mismos de que somos demasiado débiles y que no tenemos la experiencia suficiente para generar nuestras propias respuestas y soluciones. Con esto, colocamos a estas personas en un pedestal, y disminuimos nuestro valor autopercibido ante ellas.
Pedir consejos puede llegar a ser bastante confuso. Uno puede recibir muchas veces respuestas honestas. Pero las personas te dirán siempre lo que funciona para ellos, no lo que funciona para ti.
En el largo plazo, tomar las propias decisiones, fijar los propios rumbos, y crear soluciones propias a los problemas que ocurren es un mejor camino. No importa sin al principio nos encontramos con problemas que parecen imposibles de solucionar, o si simplemente no pareciera que llegásemos a solucionarlos.
Además, usar nuestro propio criterio hace que todo sea más fácil en términos del largo plazo. Usualmente cuando se le piden consejos a alguien, estas personas no tienen idea de a dónde queremos llegar, y por lo tanto proveerán respuestas situacionales y de corto plazo.
Usando una analogía con el ajedrez, dichas personas podrían decirme qué ficha mover en el siguiente turno, pero no me darían una estrategia general para ganar el juego. Estas personas no comprenderán por completo el juego que se ha desarrollado hasta ahora, ni lo movimientos de mi oponente. Incluso si sus sugerencias tienen sentido lógico, frecuentemente no encajan en el juego.
Cuando pongas mucha más confianza en tu propio criterio serás capaz de esbozar mejores planes a largo plazo. Verás como podrás adquirir verdaderos progresos y construir la inercia necesaria para ello.
Consejos Obsoletos
Cuando pides consejos, usualmente vas a recibir sugerencias basadas en lo que ha funcionado en el pasado. Pero esto no necesariamente aplicará en el futuro.
Las personas pocas veces se ponen a pensar en aconsejarnos con base en proyecciones sobre lo que podría ocurrir luego. La gran mayoría de consejos que recibamos, no sólo en el ámbito profesional, sino también en el personal, estarán completamente obsoletos en el futuro e incluso ahora mismo.
Es por esto que casi nunca escuchamos los consejos de nuestros abuelos, pues lo que ellos aprendieron y la experiencia que tienen, es de un mundo que ya no funciona igual, un mundo que simplemente ya no existe.
Comprendo que puede ser un poco aterrador poner toda nuestra fe en nuestros talentos, habilidades y criterios, pero en mi experiencia, es algo que funciona muchísimo mejor al largo plazo.
Es además una estrategia mucho más rápida. Y también sé que esto podría sonar contraintuitivo, pero toma mucho más tiempo darse cuenta de cómo adaptarse a los consejos genéricos de alguien más, y aplicarlos en una situación concreta, que pensar y delinear nuestras propias soluciones.
Desde La Perspectiva De Quien Aconseja
Muchas personas podrían estar pidiéndote consejos ahora mismo.
Lo que podrías tu detectar de quienes te piden consejos, es que tienen sus propias situaciones, sus propias dificultades, tienen su mentalidad, sus principios, sus valores, sus creencias (incluidas las creencias limitantes). Y que normalmente todas estas cosas serán muy diferentes a las tuyas.
Si me preguntan algo como: Mi novio me es infiel ¿Qué hago?… primero que todo ¡Yo no tengo un novio! (¡soy hombre!). Y segundo, incluso en el caso de que quien me preguntase fuera un hombre y me hablara de su novia, aún así yo no sabría que decirle, debido a que incluso podría aconsejarle que se aleje de esa persona, y esto iría en contra de su intuición.
Para dar consejos razonables, debo invertir bastante tiempo hablando con la persona (y quizás también con su novio) para comprender los detalles. Necesitaría obtener una idea mucho más completa de sus personalidades, fortalezas, debilidades y sobre los vacíos en la vida de cada quien. El consejo que podría llegar a dar va a depender de muchos factores.
Aún así, podría ser que mi consejo cayera dentro de alguna de las categorías mencionadas (obsoleto, erróneo, irrelevante o de baja calidad).
Dar consejos, parece tan complejo como recibirlos.
Nunca Preguntes Qué Deberías Hacer
Cuando las personas piden consejos, usualmente usan la palabra: «Debería» — en: «¿Qué debería yo hacer?»
Pero por supuesto, este realmente un tipo de pregunta mal formulada. No existen los «debería»s. Tu puedes hacer lo que tú quieras y decidas hacer.
Se asume que quien busca el consejo quiere saber qué es lo que se necesita hacer para mejorar sus resultados. Pero entonces también llega la pregunta de ¿Que conforma realmente una mejora? Y esto dependerá una vez más de los valores, la personalidad, los deseos y mucho más del aconsejado.
El mejoramiento de una persona, podría ser un dolor de cabeza para otro.
¿Cómo podría saber yo, qué es lo que tú deberías hacer?
Es imposible, de nuevo, porque no existen tales cosas como los «debería»s. No hay nada que «deberías» hacer. Tu puedes hacer lo que quieras y esto que hagas ahora formará tu futuro. Independientemente de cómo haya funcionado eso en los demás, en ti podría tener sus propios efectos y consecuencias (positivas o negativas).
Así que, si las personas no saben qué responder en el caso en que se les pregunta sobre lo que deberían hacer, ¿Qué responden?. Usualmente responden a una pregunta muy diferente.
Y la pregunta que responden es una como la siguiente: ¿Qué ha funcionado para ti en el pasado cuando encontraste circunstancias similares?
Y por tanto, el consejo que den estará basado en su propio carácter y su propia vida, más que en la del otro. Y la mayoría del tiempo, por las razones previamente mencionadas, su consejo será completamemente inútil.
Consejos vs. Ideas
Pedir consejos no es una gran práctica que digamos. Al menos no en el sentido de pedirle otro que nos diga qué hacer.
Pero buscar ideas frescas y estimulantes es perfectamente válido.
En vez de realizar preguntas como: «¿Que debería hacer yo en este caso?», dile a la otra persona: «Esta es mi situación ¿Qué harías tu en mi caso?».
Una vez te respondan, podrías preguntar: «¿Y por qué harías eso?»
Esto te ayudaría a entender el razonamiento detrás de la respuesta. Observa si estás o no de acuerdo. Siéntete libre de discutir la idea, hasta que consideres que has llegado a un entendimiento mutuo, incluso si no estás de acuerdo con lo que la otra persona dice.
Luego pregunta: «¿Qué otra cosa considerarías estando en mi situación?» Pregunta esto varias veces para que puedas obtener diferentes opciones y alternativas desde un punto de vista externo, es decir, desde otra perspectiva diferente a la tuya.
La frase clave es: «Qué harías en mi caso», pues invita a la otra persona a considerar tu perspectiva, tus valores y talentos… etc.
Lo mejor de cuando las personas preguntan de esta manera, es que nos ponen en un estado mental totalmente diferente del que estamos cuando tenemos que decirles lo que deberían hacer.
Nuestro cerebro podrá armar una escena con la vida de la otra persona e imaginarse a nosotros mismos tomando una decisión que consideremos razonable. E incluso si la otra persona no concuerda con lo que decimos, al menos habrá tomado alguna que otra idea. No importa realmente que no aplique nuestro consejo, por lo menos está invirtiendo tiempo y energía en la solución de su problema y eso de por sí es algo muy positivo.
La otra ventaja de esto, es que no se pone a la otra persona en un pedestal (al menos bajo el propio consentimiento). Preguntarle a otro lo que deberíamos hacer, los pone en un pedestal. Les da cierto poder y control sobre nuestras vidas. Estamos dejando que nos digan que hacer con nuestra vida.
Pero cuando preguntas «¿Qué harías en mi caso?» ambos se encuentran al mismo nivel.
Controla Tu Vida
Estas al mando de tu vida, tienes completamente el control. Si le pides a otro que te diga qué hacer, estarás simplemente eludiendo tus responsabilidades. Aprovecha a los demás para que te ayuden a estimular nuevas ideas, pero no los coloques en un pedestal en donde valoras sus consejos sobre tus propias habilidades para resolver problemas.
Plantéate el reto de obtener tus propias respuestas y tus propios consejos. Ejercita tus músculos creativos regularmente. Esto puede que suene complejo al principio, especialmente si has dejado que dichos músculos se atrofien, pero finalmente y en el largo plazo es mucho más productivo y la recompensa es mayor.
Si confías demasiado en lo que otros te dicen que hagas, estarás jugando al rol del adolescente que no ha llegado a su madurez como adulto. Pero si eres bueno resolviendo tus problemas, controlarás tu propio destino. otras palabras, las mejores soluciones, son las que tu mismo desarrolles. Eres mucho más capaz de lo que crees.