Practicando La Alegría Encuentras La Felicidad
Practicando La Alegría Encuentras La Felicidad
La práctica hace la perfección ¿Cierto?
¡Falso! Primero que todo, nada es perfecto, nunca. Incluso me atrevería a afirmar que la gran mayoría de personas no querrían cosas, personas y situaciones perfectas.
¿Por qué no? Bueno, simplemente porque una vez se alcanza la perfección, ¿Hacia dónde se puede uno dirigir, que no sea hacia atrás?
O peor aún… Hacia ningún lado.
No, el punto de la práctica no es la perfección. Buscamos alcanzar niveles cercanos a la perfección, sí. Pero eso sólo funcionará si comprendemos que es necesario disfrutar no sólo del destino, sino también del viaje.
Es por esto, que recalco tanto el hecho de fijarse en el proceso para llevar a cabo las metas y objetivos, como apalancamiento para la motivación.
Porque sencillamente ¿Cuál sería el punto de lograr aquello que siempre has deseado, si para cuando llegues allí estás totalmente agotado y abatido?
¿Dónde está la felicidad en ello?
La felicidad es tanto un proceso, como un resultado. Y no me malinterpretes, una victoria fundamentada en el esfuerzo duro, es maravillosa.
Pero piénsalo realmente: ¿Debería estar la felicidad en la vida restringida al éxito en las finanzas, los negocios o el logro de metas concretas?
Todos hemos caído en la trampa de decir: Si tan sólo _________ yo sería más feliz.
A veces incluso alcanzamos eso que creemos, nos hará más feliz. Y entonces ¿Qué ocurre para entonces? Que sentimos un poco de alegría, y quizás emoción. Pero luego de ello, sentimos que no es suficiente como para hacernos realmente felices.
Siempre hace falta más.
Puedes matarte trabajando para hacerte rico, empresario, un experto en relaciones, un letrado en cualquier tema, un ingeniero o lo que sea… pero eso no significa que vayas a alcanzar la felicidad perfecta. La práctica no lleva a la perfección.
La práctica crea hábitos y dichos hábitos se vuelven saludablemente permanentes, a menos que queramos cambiarlos conscientemente.
Todo el tiempo practicamos cosas a través de nuestros hábitos, incluso cuando no pensamos en ello.
Y esto es lo mejor de todo (y la razón para el título del artículo): ¿Qué tal practicar la alegría?
Pues es posible. Sin embargo, si en la práctica tienes pensamientos tales como: «Cuando logre ______ seré feliz», ¿Qué crees que va a pasar? Pues que tu mente va a estar todo el tiempo postergando tu felicidad.
Y lo peor, es que nunca será suficiente. Siempre habrá un poco más para postergar.
Es necesario practicar estar alegre, sin importar cómo sea tu vida en este momento, ni qué auto tengas (o si no tienes), ni mucho menos el nivel de ingresos del que goces (o sufras) o si tienes o no pareja.
Debes estar alegre, debes condicionar tu mente a la alegría.
Todo esto, a pesar de las dificultades y tropiezos que tengas en tu vida. Finalmente, éstos estarán hasta el día de tu muerte, así que ¿Por qué esperar hasta entonces para pensar que hubiese sido bueno decidir estar más alegre?
Si acondicionas tu mente para vivir más alegre, poco a poco te adaptas a una vida de felicidad, y como dije en algún momento, ser feliz es necesario para ser exitoso, y no al contrario.
Piensa en cómo quieres que sea tu futuro, y sé paciente. Actúa con persistencia y con convicción, pero ten en cuenta que todo lleva su tiempo.
Dedícate a apreciar aquellos momentos que te ofrece la vida cada día.
Dedícate a apreciar la vida en sí misma.
Engánchate en cosas en las que ya eres bueno, y que ya disfrutas, y haz que forme parte de tu camino, de tu proceso.
La clave está en disfrutar el viaje. Tendremos momentos de satisfacción y sentiremos que las cosas son «perfectas». Por momentos no querremos cambiarnos por nadie.
Pero es bastante irreal el pensar que toda nuestra vida puede transcurrir de la misma manera. Y con base en ello, ¿Para qué lamentarnos?
¿Crees que sería mejor estar alegre (y feliz) a pesar de todo, y afrontar las situaciones con la mayor calma y tranquilidad posible?
Pues muchos lo creemos y hemos forjado de ello toda una filosofía de vida. Así que ¡Anímate!