Saber Recibir: La Clave Para Crear Más Riqueza
Saber Recibir: La Clave Para Crear Más Riqueza
¿Qué tan bueno eres para recibir?
Muchas personas santifican el hecho de dar. Dar, siempre ha sido símbolo de generosidad, gentileza, humildad… etc.
¿El problema? Que todo el tiempo nos mantiene pensando en los demás y no queda lugar para nuestro propio bienestar.
Tendemos a sobrevalorar como algo bueno, el hecho de dar a los demás. Pero ¿Qué tan buenos somos para recibir? ¿Cómo te tomas los cumplidos, regalos y felicitaciones que otras personas te hacen?
¿Has dicho alguna vez cosas como «Oh, en realidad no fue nada :)»?
O en otras palabras, ¿Le das razones a la gente para dejar de halagarte por tus logros, sin aparente motivo?
Esto lo hace mucha gente. Incluso aquellos que se esfuerzan y trabajan duro, al final de su esfuerzo y cuando alguien les agradece o las felicita, responden: «No fue nada».
Por otra parte, están quienes desean darte algo porque sí. Quizás un regalo de cumpleaños, un detalle de navidad, o quizás algo de San Valentín.
¿La respuesta más común? «¡No debiste molestarte!».
Esto, por más simple que parezca, es un tema demasiado serio que no debe ser tomado a la ligera.
Una de las razones más grandes por las cuales las personas no alcanzan su máximo potencial (ya sea financiero, o en otra área de su vida), es porque son pobres receptores.
Tu valor no se calcula según la manera como te ves, por lo que haces, o por cuánto dinero tengas. Tu valor es intrínseco a tu ser y y es inmenso realmente. Para tú poder nacer, muchas cosas debieron pasar, y las probabilidades estaban en tu contra.
Así que, razones para sentirnos dignos de recibir, hay de sobra. Aquí hay algunas.
Finalmente, está aquella frase que todos escuchamos desde pequeños, y que seguimos escuchando:
«Es Mejor Dar Que Recibir».
Por supuesto que es mejor dar que recibir… ¿O no?
Lo lamento, pero, es algo imposible matemáticamente. ¿Cómo puede ser que todos demos más de lo que recibamos? Si alguien da y otro no recibe ¿Está realmente dando? Probablemente no.
Estadísticamente, es imposible que más gente dé, de la que reciba. Así como sería imposible que más mujeres embarazadas den a luz, que la cantidad de bebés que nacen (exceptuando algunos casos particulares, como siempre en todo).
Por lo tanto, es fundamental saber que el dar, es totalmente equivalente al recibir, con igual importancia, y en igual cantidad.
Y por cierto, la verdadera intención de esa frase tan malinterpretada, es algo como lo siguiente: «Es mejor estar en una posición en la que sea posible dar, que estar en una en la que sea necesario recibir».
En otras palabras, ¡Es mejor ser rico!
Algunas personas pensarán equivocadamente «¿Pero cómo puedo egoístamente querer ser rico?».
Bien, ese es un punto comprensible con base en la mentalidad de algunos, así que veámoslo de otra manera.
¿Cómo se siente dar, especialmente a aquellas personas que en principio nunca nos pidieron nada (pero que sabíamos lo necesitaban)? Se siente maravilloso, ¿Cierto?. Son especialmente los receptores agradecidos, los que nos hacen sentir incluso mejor respecto al dar.
Son esas personas las que hacen valioso el que creemos riqueza y la invirtamos en hacer de este, un mundo mejor.
Y si no estás dispuesto a recibir, entonces estás quitándole la oportunidad a otras personas de sentirse bien dando, y contribuyendo positivamente. Le estás quitando la oportunidad a personas como tú, de ayudar y aumentar su propio valor percibido.
Una ecuación se compone de dos lados, y ambos deben ser iguales (de aquí la palabra ecuación). Si el dar es mayor que el recibir, entonces en algún momento la persona que da, se cansará de ser rechazado (la ecuación no estará balanceada).
Si por el contrario el recibir es mayor, eventualmente la necesidad sobrepasará a la capacidad de contribución.
Sin equilibrio, no es posible. Dar y recibir deben ser tratados de la misma manera. Ambos son grandiosos.
Desde ahora, proponte a ti mismo nunca volver a rechazar un cumplido. Si alguiente halaga, dice algo bueno de ti, te felicita, te da dinero o cualquier otra cosa, no te permitas devolver el cumplido o rechazarlo. Acepta con humildad que lo mereces y que vales la pena lo suficiente como para que alguien se esfuerce en hacértelo saber.
La clave aquí, es reconocer que eres valioso.
Si no te sientes valioso, entonces es comprensible que no quieras recibir (cumplidos, dinero, regalos… etc). Sin embargo, si sabes que mereces eso y mucho más en esta vida, comprendes cómo el mundo tiene mucho para ti, y te está haciendo saber de alguna manera que la abundancia puede formar parte de tu existencia.
Es imposible que puedas crear riqueza si te encargas de rechazar lo que la vida tiene para ti.
Acepta con alegría, Recibe con disposición, y Agradece humildemente.